domingo, 11 de marzo de 2018

EL GUERRERO DE LA LUZ

“Un guerrero de la luz comparte con los otros lo que sabe del camino.

Quien ayuda, siempre es ayudado, y tiene que enseñar lo que aprendió.

Por eso, él se sienta alrededor de la hoguera y cuenta como le fue en su día de lucha.

Un amigo le susurra: ¿Por qué revelas tan abiertamente tu estrategia? 

¿No ves que actuando así corres el riesgo de tener que compartir tus conquistas con los otros?

El guerrero se limita a sonreír, sin responder.
Sabe que si llegara al final de la jornada a un paraíso vacío, su lucha no habría valido la pena."
de Paulo Coelho, "Manual del Guerrero de la Luz"

LA PAREJA IDEAL

Nasrudin conversaba con un amigo. 
- Entonces, ¿nunca pensaste en casarte? 
- Sí, pensé –respondió Nasrudin. – En mi juventud resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco y conocí a una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo. 

Continué viajando y fui a Isfahan; allí encontré a una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita. Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa y conocedora de la realidad material. 

- ¿Y por qué no te casaste con ella?
- ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.
de Paulo Coelho


https://lareconexionmexico.ning.com/profiles/blogs/4-cuentos-cortos-de-paulo-coelho

LA SOSPECHA

Una vez, un hombre perdió una de sus herramientas de trabajo, y se le ocurrió que el ladrón había sido uno de los hijos de su vecino. Durante días, no podía dejar de mirar su forma de caminar, que le parecía que era la de un ladrón, y también su forma de comportarse. Al final, todo lo que hacía le parecía propio de un delincuente.
Días después, encontró sus herramientas en un camino del bosque, y desde entonces todos los gestos de su vecino le parecieron completamente normales.

LA NATURALEZA DE LA MENTE

Se trataba de un hombre que llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente cansado y sudoroso bajo el implacable sol de la India. Extenuado y sin poder dar un paso más, se echó a descansar bajo un frondoso árbol. El suelo estaba duro y el hombre pensó en lo agradable que sería disponer de una cama. Resulta que aquél era un árbol celestial de los que conceden los deseos de los pensamientos y los hacen realidad. Así es que al punto apareció una confortable cama.
El hombre se echó sobre ella y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo placentero que resultaría que una joven le diera masaje en sus fatigadas piernas. Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a procurarle un delicioso masaje. Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa y opípara comida. En el acto aparecieron ante él los más suculentos manjares. El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso. De repente le asaltó un pensamiento: “!Mira que si ahora un tigre me atacase!” Apareció un tigre y lo devoró.
Cambiante y descontrolada es la naturaleza de la mente. Aplícate a conocerla y dominarla y disiparás para siempre el peor de los tigres: el que mora dentro de ella misma.
( Sabiasmoralejas.wordpress.com)

luns, 13 de marzo de 2017

El peso de las creencias



Dos jóvenes monjes fueron enviados a visitar un monasterio cercano. Ambos vivían en su propio monasterio desde niños y nunca habían salido de él. Su mentor espiritual no cesaba de hacerles advertencias sobre los peligros del mundo exterior y lo cautos que debían ser durante el camino. Especialmente incidía en lo peligrosas que eran las mujeres para unos monjes sin experiencia:
– Si veis una mujer, apartaos rápidamente de ella. Todas son una tentación muy grande. No debéis acercaros a ellas, ni mucho menos hablarles y, por descontado, por nada del mundo se os ocurra tocarlas. Ambos jóvenes aseguraron obedecer las advertencias recibidas, y con la excitación que supone una experiencia nueva se pusieron en marcha. Pero a las pocas horas, y a punto de vadear un río, escucharon una voz de mujer que se quejaba lastimosamente detrás de unos arbustos. Uno de ellos hizo ademán de acercarse.
-Ni se te ocurra -le atajó el otro-. ¿No te acuerdas de lo que nos dijo nuestro mentor?
-Sí, me acuerdo; pero voy a ver si esa persona necesita ayuda- contestó su compañero.
Dicho ésto, se dirigió hacia donde provenían los quejidos y vio a una mujer herida y desnuda.
-Por favor, socorredme, unos bandidos me han asaltado, robándome incluso las ropas. Yo sola no tengo fuerzas para cruzar el río y llegar hasta donde vive mi familia.
El muchacho, ante el estupor de su compañero, cogió a la mujer herida en brazos y, cruzando la corriente, la llevó hasta su casa situada cerca de la orilla. Allí, los familiares atendieron a la asaltada y mostraron el mayor agradecimiento al monje, que poco después reemprendió el camino regresando junto a su compañero.
-¡Dios mío! No sólo has visto a esa mujer desnuda, sino que además la has tomado en brazos.
-Así era recriminado una y otra vez por su acompañante. Pasaron las horas, y el otro no dejaba de recordarle lo sucedido.
-¡Has cogido a una mujer desnuda en brazos! ¡Has cogido a una mujer desnuda en brazos! ¡Vas a cargar con un gran pecado!
El joven monje se paró delante de su compañero y le dijo:
-Yo solté a la mujer al cruzar el río, pero tú todavía la llevas encima.

CRUZANDO EL RÍO


Un anciano maestro zen y dos discípulos andaban en paz y silencio por un largo camino. Hacia el miediodía llegaron a un río y vieron a una chica muy guapa sentada tranquilamente con los pies puestos en el agua. La chica contemplaba receptiva y seductora a los tres caminantes.
Los dos discípulos empezaron a mostrarse nerviosos ante tanta belleza. Los dos quedaron embelesados por el atractivo radiante del cuerpo de la chica y por la brillantez de su mirada. Poco a
poco se fueron acercando, dejando al maestro en un segundo plano. 
Ella, con actitud seductora, les miró y les dijo:
-¿Quién de los dos podría ayudarme a cruzar el río?...
Los dos muchachos se miraron y dirigieron un gesto interrogando al maestro que observaba lo que estaba pasando. El maestro lanzó una mirada profunda a cada uno de ellos sin decir nada. Después de un largo y tenso minuto de dudas, uno de los discípulos avanzó, y cogiendo a la mujer en brazos, la ayudó a cruzar el río entre sonrisas, caricias y mucha complicidad.
Una vez llegaron al otro lado del río se dieron un beso tierno y se despidieron sin dejar de mirarse. El joven se dio media vuelta y continuó el camino con el otro discípulo y el maestro.

El discípulo que se había quedado junto al maestro no dejaba de lanzar interrogadoras miradas al silencioso e impasible anciano que solo observaba. Pasaban las horas mientras avanzaban silenciosos por las montañas y valles. El discípulo que no había cruzado el río junto a la muchacha, realmente lo estaba pasando muy mal. Pero no decía nada.
Por la noche, cuando llegaron a casa, sus movimientos delataban su estado interno: se quemaba con el fuego que encendía, se le caía el vaso de agua que sostenía entre sus manos, tropezaba con la raíz de un árbol del jardín... Su mirada siempre encontraba el rostro impasible y ecuánime del anciano, que lo observaba sin emitir juicio ni palabra. 

Tres días después, la tensión llegó a ser tan dura, que el chico se dirigió hacia el maestro y le dijo con rabia: 
-¿Por qué no le has dicho nada a mi hermana, que rompiendo las reglas de la sobriedad ha encendido el fuego del erotismo con aquella chica del río?, ¡¿por qué?!, ¡¿por qué no le has dicho nada?!... ¡¡Y no me digas que la respuesta está en mi interior porque ya no puedo escuchar ni ver nada con claridad!!, ¡necesito entender!, dame una respuesta, por favor.
El anciano, dedicándole una mirada integral de rigor y benevolencia, le respondió con serenidad y contundencia:
-Tu hermano ha tomada la mano de aquella mujer a un lado del río, y la ha soltado cuando ha llegado al otro lado. Tú has tomado la mano de aquella mujer a un lado del río, y aún no la has soltado.

LAS LLAVES DE LA FELICIDAD


En una oscura y oculta dimensión del Universo se encontraban reunidos todos los grandes dioses de la antigüedad dispuestos a gastarle una gran broma al ser humano. En realidad, era la broma más importante de la vida sobre la Tierra.
Para llevar a cabo la gran broma, antes que nada, determinaron cuál sería el lugar que a los seres humanos les costaría más llegar. Una vez averiguado, depositarían allí las llaves de la felicidad.

-Las esconderemos en las profundidades de los océanos -decía uno de ellos-.
-Ni hablar -advirtió otro-. El ser humano avanzará en sus ingenios científicos y será capaz de encontrarlas sin problema.
-Podríamos esconderlas en el más profundo de los volcanes -dijo otro de los presentes-.
-No -replicó otro-. Igual que sería capaz de dominar las aguas, también sería capaz de dominar el fuego y las montañas.
-¿Y por qué no bajo las rocas más profundas y sólidas de la tierra? -dijo otro-.
-De ninguna manera -replicó un compañero-. No pasarán unos cuantos miles de años que el hombre podrá sondear los subsuelos y extraer todas las piedras y metales preciosos que desee.
-¡Ya lo tengo! -dijo uno que hasta entonces no había dicho nada-. Esconderemos las llaves en las nubes más altas del cielo.
-Tonterías -replicó otro de los presentes-. Todos sabemos que los humanos no tardarán mucho en volar. Al poco tiempo encontrarían las llaves de la Felicidad.

Un gran silencio se hizo en aquella reunión de dioses. Uno de los que destacaba por ser el más ingenioso, dijo con alegría y solemnidad:
-Esconderemos las llaves de la Felicidad en un lugar en que el hombre, por más que busque, tardará mucho, mucho tiempo de suponer o imaginar...
-¿Dónde?, ¿dónde?, ¿dónde? -preguntaban con insistencia y ansiosa curiosidad los que conocían la brillantez y lucidez de aquel dios-.
-El lugar del Universo que el hombre tardará más en mirar y en consecuencia tardará más en encontrar es: en el interior de su corazón.

Todos estuvieron de acuerdo. Concluyó la reunión de dioses. Las llaves de la Felicidad se esconderían dentro del corazón de cada hombre.

domingo, 21 de setembro de 2014

EL DESPERTAR

EL DESPERTAR
Cuando despertó se encontraba en una celda sucia y fría. Muerto de miedo. No sabía si era realidad o ficción. Su vida siempre había sido una ficción. Una aventura, una novela.
A sus 23 años conoció a la mujer de su vida, nunca se había dado cuenta de que lo era hasta ese momento, en su despertar en esa celda. Su bagaje, esa maleta que siempre había llevado a cuestas desde su infancia, le había impedido ver la realidad de su vida y conocer lo que le rodeaba, eran como espejos a su alrededor donde sus imágenes se convertían en nuevas historias, en novelas sucesivas de acontecimientos nada venturosos, pero siempre esperanzados.
Deambulando por el devenir de la vida, partió sin rumbo a sus 17 años y no volvió a encontrarse. Se perdió en el camino de la vida desde muy pronto, la fantasía y la irrealidad se convirtieron en su existencia, haciendo de su vida un mundo paralelo a la vida de los otros seres humanos que lo rodeaban, pero siempre alejado de ellos. Como un ente extraño en un planeta habitado por seres inertes y carentes de sentimientos. Por malvados, por brujas, por falsos, por gañanes, por seres defectuosos, fetos incompletos, faltos de desarrollo evolutivo individual y colectivo, que sólo buscaban sus perdición.
Una madre intolerante, maltratadora  y caprichosa, un padre sometido, una tía alcohólica y un hermano protegido y adorado, habían sido su referente desde pequeño, un referente que le hizo ver que él no era nada, que no era nadie, el eslabón perdido de una cadena en donde la cuenta al llegar a él se había perdido y roto.
Descolgado, descolocado, desquerido, desahuciado optó por crearse la realidad del “Principito” en el planeta perdido y regando su propia flor, olvidó que había jardines llenos de flores que esperaban ser regadas.
Desapareció un día, sin saber siquiera si había existido, quién era, a dónde iba… y se encontró allí, de repente, solo, en esa celda y su planeta se desmoronó. Su mente se desmoronó y creyó que su vida se había desmoronado, pero no, ahí despertó a la vida.
Jose nunca había visto la realidad, pasaba por su lado como la gente en las escaleras mecánicas de un gran centro comercial, todo era desconocido para él, aunque creía que lo conocía que lo sabía todo, que era cierto lo que él veía, que los que no veían eran los demás. Que era el baluarte del bien y del mal. El más sabio.
Hasta conoció el amor, su amor, lo que él, en su mundo de fantasía paralela a la realidad humana y consecuente con su devenir, creía que era el amor, una pizca de engaño, un poco de miedo, una defensa a ultranza de su mundo interior, su propia creación, su propio ideal, su propio yo, ese era el amor, que debía defenderse incluso a través de la violencia verbal y física que su madre le había enseñado, como él lo veía, como él imitaba, como para él era el amor, silencio. Aunque él entendía que eso era entrega. Nadie le había amado, nadie le había enseñado. Eso creía.
 Su planeta de Oc se fue haciendo más grande y más grande, el abismo del silencio y la cerrazón, el miedo a perder lo que nuca tuvo, porque nunca lo tomó, porque nunca lo compartió, le fueron enterrando en un pozo sin salida y se acostumbró a vivir allí. En una mentira. En una mentira que para él era la pura realidad y el mundo en el que todos deberían vivir. Se acostumbró a vivir en la soledad disfrazado de lo que no era y queriendo hacer ver lo que quería ser.
Alguien vio el interior de esa alma descarriada y perdida y se colocó a su lado, le ofreció su mano y su amor, y él se la dio, pero como él daba la mano, sin apretarla, sin agarrarse, sin comprometerse, seguía regando su flor, y fue regando ese amor de mentiras que para él eran verdades, porque no podía ser él, sino aquel que él creía que debía ser. El escritor de su propia novela donde la antagonista era la culpable de su desazón, ese ser malvado que existe en todas las novelas cuyo único fin es destruir al protagonista y su mundo.
El mundo que Jose había construido era un mundo ideal. Había pasado de su mundo irreal a su mundo ideal, cual la definición platónica de la realidad y del mundo, tan inspirado en el filósofo que su amor se constituyó en un amor platónico, ideal que no podría ser destruido con la fuerza de la verdad, y fue construido con la defenestración de la mentira como fuerza motora de su construcción.
Y así vivió años y años de errores, de miedos, de pérdidas… y mató al amor, a su antagonista, a su enemigo más querido, porque en su mundo ideal, cualquier cosa era válida para la salvación de su realidad irreal y para mantener la mentira de su mundo que flotaba sobre el helio universal de la nada. En el vacío.
Empezó a construir un mundo de fracaso en el que él nunca era el culpable, en el que todo tenía justificación. Nació con una pequeña pelota de lana de mentiras y fue tejiendo, cual una Penélope que espera a su viajero esposo Ulises, una madeja que nunca se deshacía, sino que crecía y crecía sin fin.
Pero el fin llegó. Un negocio desafortunado, un ultimátum a su modo de vida, un abandono, un hermano avaricioso y egocéntrico le arrastraron a un aeropuerto donde puso fin a su vida.
A sus 52 años partió de nuevo en busca de su destino. En busca de una solución en su realidad paralela. En busca de la solución definitiva a lo que nunca tuvo y siempre quiso, a aquello que creía haber perdido y que nunca había tenido, porque siempre había estado perdiendo el tiempo regando su flor, sin ver, de nuevo, como siempre y hasta entonces, el jardín que había a su alrededor, lleno de flores aromáticas deseosas de envolverlo en sus fragancias armoniosas y protectoras.
Creyó haber perdido el amor, la fe, y la fortuna. ¡Cruel realidad la de aquellos que creen haber perdido lo que nunca han querido tener y no han sabido ver! Pero la de Jose no era una vida, era una novela de ficción que él mismo había creado para protegerse del mundo en el que no le gustaba vivir, y al que no había sabido adaptarse nunca. Tal vez porque no se creía invitado a estar en él.
La avaricia de su hermano y la desazón de su corazón, perdido en un mar de lamentaciones que todavía no sabía comprender, que eran única y exclusivamente efecto de la causa de su vida azarosa y sin rumbo ni sentido, de su engaño, lo llevaron al oficio de mulero. Un oficio próspero, que llenaría de nuevo de agua el regadío de su flor, que ahora tenía nombre de mujer, porque esa mujer se había convertido, en su fantasía, en el símbolo de lo que siempre había querido y nunca había tenido, sin saber, que lo había tenido todo y había perdido su vida entre mentira y mentira, y fantasía y fantasía. ¡Sólo con haber puesto un pie en el planeta de los otros seres inertes que pululaban a su alrededor se habría dado cuenta antes de su error!
Entre error y error se vio en un aeropuerto, con las manos atadas a unas frías esposas, sin percatarse de que ya había estado atado a unas frías esposas toda su vida, y que otra esposa, la de la libertad, había sido entregada a él 28 años atrás y no la había visto. ¡Qué mejor atadura que aquella que le unía a la felicidad!
En la fría celda, la realidad cayó sobre él como una losa. Unas prendas de ropa mal impregnadas de droga y puestas allí para su destrucción final, y para cubrir un pase mayor, habían abierto la puerta de su libertad, abriendo para él las puertas de una celda.
El chico de la novela, el protagonista de la novela, volvía a ser el protagonista, pero esta vez era protagonista de la realidad, no de una novela de ficción como siempre había sido, y ese protagonista de la realidad, de repente, deja de ser personaje y se convierte en autor, no de su propia vida, de la que siempre lo había sido sin éxito, sino que se integra en el planeta en el que viven el resto de los seres humanos, deja de regar su flor y se da cuenta de que vive en un mundo real, duro, y lleno de fracasos, producidos, siempre, por nuestros propios errores, por vivir de sueños y no de realidades, por no saber ver ni leer en los ojos de los demás, en el corazón de los demás, por mirar en espejos cóncavos y convexos, en espejos esperpénticos que onubilan la razón y no nos dejan ver la luz al final del camino.
El personaje inventado por Jose se convierte en el creador de otras vidas que más cerca de la realidad que la suya propia, se convierten en los personajes de su novela. Personajes reales, con vidas reales, con sueños reales frustrados y con vidas reales cargadas de errores y fracasos como la suya propia, ya no está solo en el mundo, alrededor de su planeta de fantasía hay otros planetas con sus propias fantasías, y todos van a parar ahí, como los ríos van a dar a la mar, al mar de la prisión más oscura, más dura y más cruenta, pero menos, en muchos casos, que lo que les llevó allí, que sus propias vidas. Conoce el amor de amigos, el cálido abrazo bañado en el dolor y la comprensión, conoce la amistad en estado puro, la solidaridad, el respeto, y también la maldad en su estado más primigenio.
Todos están recibiendo el castigo a unos actos delictivos, están en prisión, no en el hotel “Maravillas” de la comedia más famosa del Boulevard de la capital, pero… ¿no será que han salido de prisión, no será que, como Jose, necesitaban llegar ahí para empezar de nuevo, para verse, para conocerse, para enfrentar la realidad de sus vidas y dejar de vivir en sus sueños fantasiosos?
“El tiempo de los olvidados”  es el tiempo de los reencontrados, el tiempo en el que aquellos que perdieron sus vidas se reencuentran consigo mismos y con los demás seres humanos, lo mejor y lo peor de todos ellos, y se dan cuenta de que sus vidas fueron y son una pérdida de tiempo, es una denuncia a la realidad de las cárceles argentinas, pero es una denuncia de su propia realidad, y de sus propias vidas,  de unas vidas perdidas que pueden ser renovadas y salvadas.
Es el principio de una vida nueva. Cada uno de los protagonistas de la novela se ha conocido a sí mismo, y si quieren pueden volver a empezar a vivir y triunfar, ser quien siempre han querido ser, quien siempre han debido ser, quien siempre han sabido ser, aunque hayan perdido muchas cosas en el camino. Porque, la vida es un devenir lleno de obstáculos que podemos salvar si deseamos hacerlo con el corazón, si no nos dejamos engañar por nuestra mente y nuestros irreales sueños, porque si nos damos cuenta de que venimos aquí a aprender, deberíamos saber que hay caminos más cortos y rectos para llegar a la verdad, que no andar perdidos en recovecos que nos llevan más tarde a lo que verdaderamente deseamos y debemos vivir. Pero, algunos de nosotros, preferimos el camino más largo y más duro, y esa lección de vida nos hace grandes.
Jose vivió un sueño convertido en pesadilla cuando vivía en su planeta y su flor, su pesadilla se convirtió en sueño cuando vino al mundo de los humanos comunes a vivir y enfrentarse con el resto de los seres humanos.


Y en la soledad y frialdad de esa triste celda, despertó.


xoves, 1 de maio de 2014

Gobinday Mukanday - Snatam Kaur - Childrens


SEMENTES DIVINAS

SEMILLAS DIVINAS
Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan

A medida que la primavera finalmente se abre camino a través de un vórtice invernal bastante riguroso, las brisas cálidas y las lluvias de abril desatan lo que está escondido en lo profundo de la vida. Todo lo que ha estado inactivo durante varios meses ahora revive; siembra sueños, esperanzas. Dentro de la semilla de la vida existe un modelo dinámico en totalidad divina. Dentro del patrón está la evolución completa y la realización de todas las especies.

Dentro de una sola semilla del gran roble habita su máximo potencial. Está destinado a convertirse en todo lo que puede llegar a ser, al igual que nosotros. Esa semilla no contiene la mitad de una instrucción, sino que contiene todo el universo. Dentro de la semilla de cada ser humano están las mismas instrucciones, un modelo divino completo que alberga el potencial ilimitado de cada uno. Cada ser humano tiene la capacidad de cumplir con estas instrucciones en su totalidad. Es una elección personal; es una directiva divina.

A medida que la primavera entra en su máxima belleza, es el momento para que cada persona se tome tiempo para plantar una nueva idea, una nueva semilla, un nuevo deseo, un nuevo sueño. Sabe entonces sin sombra de duda que la semilla llegará a su culminación, ya que contiene la plenitud de la floración. No plantes nada en tu vida si dudas de su capacidad de florecer, ya sea una semilla de césped, la semilla de una flor, o de un árbol. Si dudas de su capacidad para consumar su potencial, no la plantes en absoluto. La Naturaleza te pide que plantes al menos una semilla en tu mundo. Planta esta semilla sabiendo cabalmente que va a alcanzar su pleno potencial. Planta la semilla sabiendo que madurará y alcanzará su destino y objetivo o no plantes nada. Toda vida contiene la totalidad de su potencial.

A medida que te adentras más en tu conciencia de co-creador, surge la pregunta: ¿Eres un Dios de medio tiempo o un ser humano indeciso de tiempo completo? ¿Dudas de ti mismo más tiempo del que crees en ti? ¿Te gustaría que tu Creador trabajase de semejante manera fortuita? A medida que llega la primavera planta tus sueños y tus esperanzas en el suelo fértil de un sistema de creencias profundas. Cree en su cumplimiento, o no plantes en absoluto. Ya sea una semilla de césped o un sueño humano, necesita ser plantada en suelo fértil. Cada semilla que plantas representa un compromiso celestial. Planta como el Creador, sin duda alguna.


PENSAMENTOS DA SÚA ANFITRIONA DE LUZ

PENSAMIENTOS DE SU ANFITRIONA DE LUZ

Últimamente, toda vida ha tenido una gran tristeza en su corazón. Muchos tienen seres queridos que están pasando por situaciones desgarradoras. Toda la Tierra se siente vulnerable y propensa a la consternación. Las oraciones se escuchan alto y claro, pero la ayuda tarda en llegar aquí. La intervención divina parece detenerse en una parada de descanso en su viaje hacia nosotros. Una persona tras otra es diagnosticada con enfermedades de las que nadie ha oído hablar. Los médicos se rascan la cabeza preguntándose de dónde proviene todo esto.

La profesión médica tiene poca esperanza, ya que cambia de parecer y de diagnóstico más de lo que se cambia de calzones. Las personas están llenas de miedo, sin importar la cantidad de luz y esperanza que tengan. Tienen miedo de lo que está por venir y, como un imán, atraen más angustia aún. Todos están afectados por esta inquietud a medida que los miembros de la familia son forzados al límite -el límite de la esperanza, el límite de la fe- en el callejón sin salida del miedo ilimitado.

Nosotros, como emisarios de luz, estamos aquí para sostener un gran amor que pueda aniquilar cualquier enfermedad o angustia. Muchos optan por no quedarse en la siguiente fase de la sanación de la Tierra. Pasan su luz hacia el otro lado. Algunos se quedan cerca de sus seres queridos con la esperanza de guiarlos a una nueva comprensión, mostrándoles que la vida eterna es verdadera y que las apariciones celestiales son reales.

Nosotros, como aquellos que creen en Dios y la luz y el amor con mayor intensidad que nadie en la Tierra, tenemos la responsabilidad sin fin de mantener los pensamientos puros de sanación en nuestro corazón. Cuando un ser querido es diagnosticado con una enfermedad, nuestra verdad es mantener la visión de la salud perfecta para esa persona, no entrometernos y consentirlos durante su difícil situación. Tenemos que creer en lo más íntimo de nuestro corazón que se puede obtener la sanación divina. Cuando sostenemos la promesa de una gran sanación tenemos que confiar sin sombra de duda. No podemos acampar NUNCA en la oscuridad, la duda o los pensamientos no constructivos para nosotros mismos o para cualquier otro.

La oscuridad quiere que renuncien y se rindan, quiere que corran temerosos, abandonando sus verdaderos conocimientos. Sin importar cómo se lo diagnostique a su amigo o familiar o hijo, ustedes deben erguirse como un faro, guiar y amar y creer que el resultado puede y va a cambiar. No se debe ni por un momento sostener el pensamiento de que esa enfermedad es cierta. Esto y sólo esto va a cambiar el resultado de los acontecimientos.

A medida que estas energías empujan y tiran de nosotros en todos los sentidos, estamos siendo reformateados en una conciencia superior. Toda esta re-escultura cósmica ha desgastado muchísimo al cuerpo, la mente y el espíritu del Ser Humano. Como un rompecabezas de un millón de piezas, tratamos de ver una foto del nuevo nosotros, pero por desgracia la caja del rompecabezas no tiene ninguna similitud que nos ayude a encontrar las piezas que nos faltan.

Estamos encaminándonos hacia dos eclipses en abril de 2014. El primero llega el 15 de abril (lunar), el segundo llega el 30 de abril, un eclipse solar. La orden de este mes es "cambiar o quedar atrapado en el torbellino del cambio cósmico." La humanidad ya no está conduciendo el coche del cielo a través de las configuraciones celestiales. Estamos al borde del futuro, removiéndonos del pasado, como los percebes de un barco en el astillero.

Nos encontramos en un punto en medio del tiempo y el espacio. Un lugar que contiene quanta sin formar. Nos aferramos firmemente a la línea de vida espiritual que cuelga de los acantilados mientras intentamos impulsarnos una y otra vez del lado de lo que parece ser una superficie insuperable. Todas las técnicas que nos han enseñado no se adhieren a las moléculas de este nuevo mundo de flujo dimensional que escribe sus propias reglas.

Estamos en la senda de nuestra vida con el ojo del tornado mirando hacia abajo y apuntándonos con su nariz. Todos parecemos seleccionados como si la pelusa de nuestros bolsillos se invirtiese en mantener nuestras vidas. Les gritamos a los dioses con consternación al sentir que se han roto tantas promesas. Buscamos respuestas en Google sin resultado.

Todos parecen estar en trance mientras caminan sin rumbo por la vida con pocas esperanzas de un futuro brillante. Cada cargo que dijimos que 'no pagaríamos nunca,' lo pagamos ahora con mucha ira acumulada e interiorizada. Nos contenemos y aferramos a lo poco que tenemos, constriñendo al sistema financiero mismo, haciendo cumplir al máximo el "menos de lo requerido por ley."

No le vemos ningún respiro a este ataque de la noche oscura del alma que nos tiene a todos por el cuello. Sabemos que la vida nunca volverá a ser lo que era. Lloramos por un tiempo más sencillo, más seguro. Los castillos de arena del pasado han sido barridos mientras las mareas ruedan en nuestra contra. En lo profundo de nosotros todavía habita una única migaja de fe.

La oscuridad se alimenta de dudas y temores. Quiere que nos rindamos y cedamos a un futuro sombrío y sin esperanza. Ya que somos los "guardianes de la última esperanza" alimentada por la creencia de los Creadores y la fe en nosotros, nuestra misión y deber es sostener en alto esta luz de esperanza para que todos la vean.

Háblenles de esperanza y fe a todos aquellos que encuentren. No les permitan a otros opciones para que los atrapen a ustedes en el fango emocional, ahogándose en el mar del miedo. Ustedes son la luz en el futuro oscuro. Dejen que su lucecita brille en lo que parece ser el día más oscuro. La esperanza bulle suavemente hacia la superficie después de una permanencia demasiado larga en el fondo del barril. No alimenten los temores de las masas. Una chispa de esperanza puede encender un mundo entero. Mantengan brillando su luz, avivando la llama del optimismo para mantener al planeta a salvo y seguro.
La humanidad está hecha a imagen del Creador que sostiene todas las calificaciones y los ingredientes para hacer grandes hazañas. Es hora de tomar la fe que el Creador ha depositado en nosotros e invertirla en un futuro lleno de buenos pensamientos y decretos. Nunca podemos dejar de creer en tiempos mejores, en la sanación divina, y en la bondad de las personas. Nunca podemos dejar de creer, y punto.